Ángel se nos ha ido, esta vez para siempre.
Hace unos meses volvió a nosotros tras un año
desaparecido, dado por muerto; como un lázaro gatuno resucitado volvió.
Pero volvió como siempre vivió, emfermizo, débil, pequeño, frágil; pero
fuerte por su carácter indómito, rebelde, luchador, independiente.
Estos primeros fríos han podido con él, la fragilidad de su cuerpo ha vencido a la fortaleza de su espíritu.
Descansa ya pequeño, descansa de tus achaques, de tus
mocos, de tus fríos, de tu debilidad; descansa de este mundo que no te
trató bien.
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